martes, 10 de noviembre de 2015

Mantener la Esperanza

Desde la Encíclica Rerum Novarum del Papa León XIII, pasando por todo el magisterio social de sus sucesores, el marxismo ha sido, directa o indirectamente, condenado por la Iglesia. Digo directa o indirectamente porque en muchas ocasiones se consideró al marxismo como un todo, poniendo de manifiesto que se trata de una ideología intrínsecamente perversa, pero también se han condenado rasgos particulares de esta subversión doctrinal, como la lucha de clases, el profundo ateísmo que sostiene, el terrorismo o las distintas sub-ideologías que han ido confluyendo en lo que hoy podríamos llamar un “marxismo democrático” o, para utilizar un término más propio, una “socialdemocracia”.

Como todos sabemos, los que vienen dominando el plano político de nuestro país desde hace doce años, pueden ubicarse en esta socialdemocracia. Muchos funcionarios del gobierno actual fueron parte de aquella “juventud idealista” que utilizaba la violencia, asesinando militares, policías, empresarios y muchas otras personas que eran para ellos enemigos de la “causa socialista”. Por supuesto que, si moría un niño de 3 años (1) en manos de estos criminales, era un “efecto colateral” y, en muchas ocasiones, necesario.

Gracias a la guerra anti-subversiva llevada a cabo por nuestras Fuerzas Armadas, de Seguridad y Policiales, los terroristas tuvieron que deponer las armas, empero, perdida la guerra armada, nunca perdieron la ideológica y, frente a este panorama, la Iglesia se ha ido pronunciado y advirtiendo sobre los peligros de este terrorismo ideológico. Un ejemplo claro de esta resistencia a los enemigos de la Santa Fe, es la del entonces Cardenal Bergoglio, cuando en 2010 advirtió sobre “una movida del Padre de la Mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios” (2), al tratarse la imposición demoníaca del “matrimonio homosexual”, que finalmente fue llevada a cabo (3).

Recientemente tuvo lugar la aprobación del nuevo Código Civil, que pulveriza el concepto de familia y hace del matrimonio un contrato rescindible con la sola voluntad de uno de los contrayentes, además de introducir conceptos de la ideología de género y de quitar la patria potestad a los padres (4); por lo que los niños pasarían a pertenecer al Estado, obviamente, si no son asesinados en un hospital público mediante el aborto, como autoriza actualmente el Ministerio de Salud (5)

Resulta que hace un tiempo se viene ejerciendo desde el oficialismo una campaña para desmerecer a aquellos que proponen un cambio de rumbo para la Argentina. Algunos le llaman “campaña del miedo”, pero yo prefiero llamarle, limpia y llanamente, terrorismo, ya que pretende causar terror colectivo para perpetuarse en el poder, utilizando para ello la calumnia y demás inmoralidades.

Lo peor de todo es que, entre las calumnias, hay “medias verdades” esgrimidas contra la alianza Cambiemos, que resultan ser buenas, pero son consideradas por los apátridas como contrarias a la “causa nacional y popular”. Me explico: Acusan a Mauricio Macri de querer volver a las políticas de los 90’, basándose en declaraciones aisladas del líder de Cambiemos y otros funcionarios afines a él, advirtiendo que, en caso de que sea presidente, se van a terminar las asignaciones universales, el Pro.Cre.Ar y demás logros del gobierno actual. Cualquiera que tenga un poco de criterio puede darse cuenta de que se tratan de acusaciones sin ningún fundamento, o sea, de mentiras. Por otro lado acusan al bloque opositor de haber resistido al “matrimonio homosexual”, el aborto y demás perversiones, como si se trataran de logros, cuando en realidad son la espada que atravesó el Corazón Inmaculado de María Santísima al ver a su Hijo humillado, escupido, con su carne desgarrada y sus manos y pies taladrados por los que cometieron ese deicidio, que se sigue ejecutando aún hoy en la cotidianeidad de nuestras vidas inclinadas al pecado, pero sobre todo, en los que son partícipes de estos pecados colectivos que claman al cielo.

Respecto a las calumnias lanzadas contra Cambiemos, no hay mucho que decir. Son conjeturas del oficialismo que tienen, como único sustento, frases descontextualizadas de Macri o algún otro funcionario afín a él. Decir que Cambiemos es volver a los 90’ y tener a candidatos que fueron funcionarios en esa época, es incoherente. Lo mismo podemos decir de la supuesta privatización de la Petrolera YPF que el bloque Cambiemos haría. ¿Acaso no fueron los que hoy están en el oficialismo los que apoyaron su privatización en los 90’? ¿Haber estafado a Repsol fue una medida a favor de los intereses de la Nación o una forma más de demostrar una “omnipotencia política”, típica de los gobiernos dictatoriales populistas?

Las medias verdades a las que me referí más arriba, las cuales eran buenas en sí mismas, tienen estas características porque, por un lado, no fue unánime la oposición del partido Propuesta Republicana al “matrimonio homosexual” y demás medidas contrarias a la moral que impuso el oficialismo y, por el otro; oponerse a esas barbaridades hubieran sido virtudes, no males de los cuales acusar a los personajes de Cambiemos.

El Cardenal Bergoglio salió a defender en 2009 el matrimonio y a la familia, frente al avasallamiento de la justicia, que permitió que dos hombres se “casen”. El líder del PRO fue quien no apeló esa medida y, paradójicamente, Scioli era el “defensor” del matrimonio (6). Recientemente, Mauricio Macri dijo que estaba a favor de la vida (7), por lo que estarían las puertas cerradas al aborto si fuera presidente, pero resulta que, entre sus filas, hay abortistas declarados (8).

Hoy la publicidad oficialista “acusa” a Cambiemos de haber votado en contra del “matrimonio homosexual”, pero resulta que Scioli también está en contra (6), entonces ¿cómo es la cosa?
No hace falta ser licenciado en ciencias políticas, sociología o alguna especialidad de grado para colegir que hay dos caminos disponibles que no van a tener en su agenda la divisa del Santo Fundador de la Compañía de Jesús, Ad maiorem Dei gloriam, que todo cristiano debería defender y exigir de sus gobernantes; pero sí estoy seguro que, aunque sea para acabar con la dinastía kirchnerista, que tanto daño está haciendo a la República, es menos malo optar por el “cambio”.

Quiero aclarar que, bajo ningún punto de vista estoy pretendiendo apoyar a la alianza Cambiemos, simplemente estoy diciendo que, visto que el enemigo más fuerte no es el cambio, sino la continuidad, queda la opción de apoyar el cambio o abstenerse. Cada uno podrá examinar su conciencia respecto a qué tan legítimo es apoyar al cambio. Personalmente creo que la abstención, mediante el voto nulo, es la opción correcta, como lo dije en un artículo anterior (9). De lo que sí estoy seguro, y no por ser un erudito en materia moral, sino por simple sentido común; es que apoyar al kirchnerismo, es ir en contra de Cristo (Mateo 12:30).

Alguien podrá, legítimamente, preguntarme: ¿Entonces estamos perdidos? ¿El futuro de nuestra Argentina es el libertinaje, la inmodestia en el vestir, la sodomía, la fornicación, el concubinato, el aborto, el adulterio, la drogadicción, el crimen y una larga lista de etcéteras, que hacen que la esperanza en un país cristiano sea sólo una linda idea?

Si seguimos como vamos, seguramente será imposible mejorar algún aspecto de los mencionados arriba. Con el “cambio” capaz algunos de los que antes se oponían al “matrimonio homosexual” y ahora se arrepintieron, puedan volver sus pasos sobre senda del error y encaminarse nuevamente a la Verdad. Es posible que el aborto no tenga lugar en nuestro país, al menos durante cuatro años. Quizá haya un acercamiento más amistoso a la Iglesia y podamos trabajar Iglesia-estado de la mano para un futuro mejor. Con todo, no hay que ser ingenuos, tampoco propongo un pesimismo enfermo o el colmo de la pusilanimidad; pero sí es importante poner los pies sobre la tierra, armarse de valor y mantener la Esperanza. No hablo de una esperanza mundana, que puede ser el sinónimo de la estupidez, sino de la Esperanza como virtud, que todos los hijos de Dios tenemos.

Tenemos que confiar en las promesas de Cristo y tener en cuenta que no somos del mundo aunque estemos en él (Juan 15:19). No podemos esperar la plena perfección en este valle de lágrimas, pero si debemos tener nuestra Esperanza puesta en que, buscando el Reino de Dios y su perfecta Justicia, todo lo demás se nos dará por añadidura (Mateo 6:33). San Pablo nos habla en el capítulo 6 de su Primera Carta a Timoteo, exhortándonos a pelear el buen combate de la Fe (v. 12).

Busquemos el Reino de Dios, practiquemos las Bienaventuranzas y seamos testigos de Aquél que murió en una cruz, cargando el peso de todos nuestros pecados para redimir al género humano. Dejemos que María Santísima limpie las inmundicias de nuestros corazones, como lo hizo en la Gruta de Belén, para que el Mesías nazca cada día en nosotros. Recemos el Santo Rosario y ofrezcámoslo en reparación por todos los pecados que cometemos como nación y por los propios. Defendamos la Verdad en nuestros trabajos, en nuestras familias, con nuestros amigos y en toda ocasión que se nos presente.

Las minorías inventan derechos de la nada por la constancia que ponen en sus planes demoníacos, como es el “matrimonio homosexual”. Cuánto más podríamos hacer nosotros si pusiéramos nuestras fuerzas en defender la Verdad, para el bien de nuestra Patria, de nuestras familias, pero, sobre todo, para mayor gloria de Dios.

El Señor los bendiga y María Santísima los guarde.

Gustavo Arias.

(1) https://es.wikipedia.org/wiki/Humberto_Viola
(2) http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=6783
(3) http://www.infoleg.gov.ar/infolegInternet/anexos/165000-169999/169608/norma.htm
(4) https://www.aciprensa.com/noticias/cambios-en-codigo-civil-permitirsa-a-padres-elegir-nombre-opuesto-a-sexo/
(5) http://www.ms.gba.gov.ar/sitios/tocoginecologia/files/2014/09/Gu%C3%ADa-para-la-atenci%C3%B3n-integral-de-mujeres-que-cursan-un-aborto.pdf
(6) http://www.lanacion.com.ar/1203695-bergoglio-macri-falto-gravemente-a-su-deber-de-gobernante
(7) http://www.lanacion.com.ar/1741452-mauricio-macri-no-crei-nunca-en-el-modelo-no-me-hace-falta-gritar
(8) http://www.lauraalonso.org/2010/03/mi-posicion-sobre-la-legalizacion-del.html
(9) http://frente-catolico.blogspot.com.ar/2015/10/y-ahora-que.html

miércoles, 28 de octubre de 2015

Y ahora... ¿Que?

El pasado domingo 25 de Octubre la Argentina vivió una jornada electoral fuertemente marcada por la incertidumbre y el miedo. Incertidumbre de quienes apoyaron durante los últimos doce años el proyecto cubanizante de la Argentina, al ver un panorama muy difícil para la  continuidad en el gobierno del oficialismo; y el miedo de quienes se encuentran en las antípodas de la demagogia populista, que ven en las masas de electores al monstruo apátrida del  54%, presto a dar el tiro de gracia a la mortecina Argentina. Tanto de un lado como del otro, las expectativas no eran muy alentadoras, gracias a la desinformación de los medios y las encuestadoras.

Finalmente se despejó un poco el panorama y ahora podemos ver más claramente el ocaso de una etapa nefasta para la Patria, sin embargo nada está dicho aún, ya que el oportunismo, el clientelismo y demás condicionamientos a los que se somete gran parte del electorado, hacen posible que, aún después de haber podido vivir un clima de aparente deseo de cambio, caigamos nuevamente en manos del poder reinante.

Habiendo hecho esta introducción, quisiera reflexionar un poco sobre el futuro no tan lejano de nuestro país:

Un balotaje implica, como todos saben, elegir entre dos caminos. En la actualidad tenemos el camino de los muy conocidos herederos de la subversión terrorista de los 60’s y 70’s, y el del nuevo y muy “plural” e “inclusivo” liberalismo. Si bien son caminos diferentes, persiguen fines muy parecidos, sobre todo en lo que respecta a cuestiones morales, que hacen inadmisible para un católico tomar partido por uno o el otro.

Como decíamos más arriba, es posible que el próximo 22 de noviembre la Argentina viva un cambio que, al menos en cuestiones sociales, signifique un respiro para todos (al menos para todos los que no deseamos seguir viviendo la confrontación entre hermanos). Es posible también que un eventual nuevo gobierno rescate al campo y a otros tantos sectores olvidados e incluso despreciados por la actual conducción. Las instituciones pueden reverdecer, luego de tantos años de haber sido sistemáticamente destruidas; particularmente las Fuerzas Armadas, de Seguridad y Policiales que tuvieron que sufrir el desprestigio y la humillación de parte de aquellos que, derrotados en los 70’s, vienen vomitando el odio y utilizando todos los medios a su alcance para vengarse de los uniformados, como ocurre con muchos ancianos encerrados en cárceles comunes, que mueren por falta de atención médica o por las vejaciones que reciben.

Ojalá este cambio se dé y el nuevo gobierno pueda aplacar un poco el tormentoso clima que la neo-lucha de clases instaló. Pero después de recuperar al campo, devolver el prestigio a las instituciones, estabilizar un poco la economía, dejar de gastar las reservas para mantener entretenidos a los más desfavorecidos y así callarles la boca, y todos los logros que son posibles, borrando del mapa a los actuales dirigentes; ¿qué pasará?

¿Realmente podemos confiar en que el “matrimonio igualitario” va a quedar sepultado en un triste recuerdo, cuando fueron sus promotores los mismos que hoy proponen un cambio? ¿Podemos tener esperanzas en que los que no pueden permitirse pagar un colegio decente a sus hijos, tengan plena confianza en que en las escuelas públicas no les van a enseñar a sus hijos a masturbarse, a utilizar métodos anticonceptivos e incentivarlos a la fornicación, cuando los que hoy proponen un cambio son los que crearon el programa “Chau Tabú”? ¿Estarán protegidos los niños huérfanos, que esperan que una familia los adopte, del capricho de los promotores de la contranatura, amparada hoy por muchos personajes del “cambio”? ¿Dejarán de morir niños asesinados por sus propias madres y por personas que juraron salvar vidas? ¿Se terminará el INADI, la CHA, LGBT y demás organizaciones que atentan contra la Santa Madre Iglesia y sus fieles? ¿Se respetará el derecho a la objeción de conciencia de un juez que no quiere declarar marido y mujer a dos sodomitas, o de un médico que no quiere asesinar inocentes?

Muchas veces es legítimo para un católico elegir el mal menor, pero cuando no tiene opción. Hoy tenemos la opción de no elegir, anulando nuestro voto, por ejemplo. No estaríamos faltando a nuestro deber cívico y, sobre todo, no estaríamos siendo cómplices de los enemigos de Dios y la Iglesia.

Los crímenes y demás pecados que hoy cometemos como Nación, no tienen precedente en la historia de nuestra Patria. Es necesario orar mucho, hermanos. Hay que reparar con ayunos, mortificaciones, desagravios y todo lo que esté a nuestro alcance.

Independientemente de quiénes sean los próximos conductores de nuestra amada Argentina, los esfuerzos para salvarla del paganismo total dependen de nosotros, los hijos de Dios que, aunque pecadores, fuimos rescatados de las ataduras de la muerte y llamados a iluminar con la Luz perenne de Cristo todos los rincones del mundo.

El Inmaculado Corazón de María nos inspire para obrar con rectitud y su poderosa intercesión cure todas las heridas abiertas de nuestra Patria, empezando por acoger el Amor misericordioso de Jesucristo.

ORACION POR LA PATRIA

Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Nos sentimos heridos y agobiados.
Precisamos tu alivio y fortaleza.
Queremos ser nación,
una nación cuya identidad
sea la pasión por la verdad
y el compromiso por el bien común.
Danos la valentía de la libertad
de los hijos de Dios
para amar a todos sin excluir a nadie,
privilegiando a los pobres
y perdonando a los que nos ofenden,
aborreciendo el odio y construyendo la paz.
Concédenos la sabiduría del diálogo
y la alegría de la esperanza que no defrauda.
Tú nos convocas. Aquí estamos, Señor,
cercanos a María, que desde Luján nos dice:
¡Argentina! ¡Canta y camina!
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Amén.

Dios los bendiga.

Gustavo Arias.

martes, 3 de marzo de 2015

Los Católicos Argentinos y la Política

“Panem et circenses” puede resumir los últimos 70 años de peronismo que, entre golpes de estado, terrorismo subversivo, cortos períodos de radicalismo y alianzas vergonzosas entre distintas facciones políticas, se ha perpetuado en el poder.

Con algunas variantes ideológicas y líderes más o menos carismáticos, el pan y el circo fue siempre la línea que siguieron los justicialistas. La “década ganada” no podía ser menos y, dando planes sociales, Pro-Cre-Ar, asignaciones universales y demás beneficios a las clases baja y media-baja, ha completado la primera parte de esa alocución latina. La segunda fue coronada, entre otras cosas, con el Fútbol Para Todos.

Nadie podría discutir que muchos planes sociales son necesarios para “salir de apuro”, pero de ahí a hacer pasar a los subsidiados como personas con trabajo en blanco para reducir al mínimo posible las estadísticas de desocupación, y que encima los beneficiados por dichos planes se dejen utilizar como marionetas, es algo muy distinto. El Pro-Cre-Ar dio a muchísimas personas la posibilidad de adquirir una casa propia, pero que un cristiano, por haber accedido a este programa, diga “yo estoy de acuerdo con este gobierno” y defienda la sucesión ininterrumpida de inmoralidades que se  sobrevienen desde hace años, habla de que estamos ante personas de una mezquindad moral monstruosa, en el mejor de los casos. No importa que desde el Estado se cometan las peores aberraciones y se atente sistemáticamente contra la moral; mientras el 54% tenga sus pesitos depositados todos los meses, pueda adquirir una casa o mirar fútbol sin pagar un codificador, el peronismo va a seguir siendo el régimen imperante en nuestra desangrada Argentina.

Con lo dicho podemos cerrar este artículo, porque basta y sobra para dar las razones por las cuales un cristiano no debería estar en las filas del peronismo, pero, como la tibieza encuentra siembre razones para justificar el vicio, vamos a exponer lo más grave, aquello que solamente personas sin siquiera sentido de la moral pueden justificar para identificarse con el gobierno actual.

Cuando el fiscal Alberto Nisman murió de manera misteriosa, un día antes de exponer una denuncia en la que se veían comprometidos funcionarios del gobierno y afines, muchos kirchneristas dijeron: Bueno, si se comprueba que el gobierno tuvo algo que ver con la muerte del fiscal, vamos a tener que ir apartándonos de sus filas porque estamos hablando de un gobierno mafioso. Yo le pregunto a esta gente: ¿Acaso el crimen de un fiscal es lo más grave que hizo (en caso que lo haya hecho) este gobierno? No seamos hipócritas. La cantidad de muertes en manos de delincuentes que hay en este país, con el silencio cómplice del discurso oficialista, viene ensuciando al gobierno y sus simpatizantes hace muchísimo tiempo. Aún así, los más laxos podrían seguir justificándose, porque lo que presentamos hasta ahora, si bien es gravísimo, no abarca todo el arco de inmoralidades que existen.

Desde el gobierno de Perón, con la legalización de prostíbulos, el impulso de leyes de divorcio, la quema de iglesias, el fomento de organizaciones subversivas de izquierda y derecha, etc., hasta la actualidad, en que se escucha a funcionarios kirchneristas jactándose de la distribución de preservativos, el mal llamado “matrimonio gay”, el sistema educativo que adoctrina a los niños y jóvenes en el materialismo ateo y el aborto que ya se practica en hospitales públicos; sobran razones para que un católico no solamente no adhiera a este gobierno, sino que ponga todos los recursos que estén a su alcance para librar el Buen Combate contra los enemigos de Cristo que, desde la Casa Rosada, el Congreso y demás edificios públicos, siguen atentando contra nuestra Santa Fe.

La economía es parte fundamental de la gestión de un gobierno. El mismo Papa Francisco habló en múltiples ocasiones sobre la necesidad de políticas más inclusivas, que den soluciones concretas a la pobreza y permitan a todos los ciudadanos acceder a una vida temporal digna, sin embargo nadie puede simpatizar con un gobierno solamente porque la economía funciona bien. Más aún, nadie puede decir que en este país hay auténtica inclusión porque sigue habiendo planes sociales, en vez de trabajo en blanco, siguen muriendo niños víctimas de la desnutrición y podríamos seguir la lista de falencias que este gobierno tiene en materia de inclusión y desarrollo económico, pero como se viene entendiendo a lo largo de este artículo, no es esta área de la política la que más nos compromete como nación.

El cielo no se gana con billetes, sino haciendo la Voluntad de Dios y, el peronismo, sobre todo en los últimos 10 años, mancilló cada uno de los Mandamientos de la Ley de Dios. No debería sorprendernos, al tener en las más altas esferas del gobierno a enemigos declarados de la Iglesia: feministas, abortistas, homosexualistas, masones, marxistas y una larga lista de elementos que, amparados bajo la maquinaria del poder, siguen atentando contra la Patria y promoviendo abiertamente la lucha contra la Iglesia de Cristo.

Lo más sorprendente es que, sabiendo todo esto, exista gente que participa de la Santa Misa los domingos y, de lunes a sábado apoye a los enemigos de Cristo. Otros no apoyan al kirchnerismo, pero sí a alternativas que, aunque prometen mayor rigurosidad contra los delincuentes, siguen apoyando la contranatura, el desarrollo de lobbies y demás batallas que no tienen otro fin que vaciar a nuestra Argentina de su identidad católica e hispana. Pareciera que la opción por “ninguno” les resulta anti-democrática, entonces adhieren al “menos malo”. ¿Es legítimo esto?

La democracia es muy valorada por el magisterio de la Iglesia, pero la Doctrina Social nos enseña que, tanto la democracia, como la monarquía o cualquier otro sistema, siempre que sea justo, es legítimo. Nadie “falla a la democracia” por no adherir a partido alguno. Y aunque lo hiciera, hay valores muchísimos más importantes que deben tutelarse antes que la democracia. Es como que un padre, por no dejar que su hijo se aburra, lo deje jugar con las serpientes. Todavía más: nadie peca por no ser democrático y mucho menos cuando, tomando esta postura, trata de ser fiel a Cristo.

En Lucas 11:23, el mismísimo Cristo nos dice que el que no está con Él, está contra Él y el que no recoge con Él, desparrama. Parece una perogrullada, pero hay que decirla para aclarar un poco el panorama de algunos hermanos: EL QUE ESTÁ CON ESTE GOBIERNO, ESTÁ CONTRA CRISTO.

Lejos de querer apuntar con el dedo a nuestros hermanos, quise con este artículo cumplir con la corrección fraterna. Todos somos pecadores y debemos luchar contra nuestras flaquezas, pero, nombrando de nuevo al Papa Francisco: PECADORES, SI; CORRUPTOS, NO. El que es pecador por debilidad, es perdonado por el Señor todas las veces que se arrepienta, pero el que, sabiendo que está en el error, no se arrepiente y sigue en su conducta, convirtiéndose así en un corrupto, no puede ser alcanzado por la Divina Misericordia que no violenta la voluntad de las personas, a las cuales Dios creó libres.


Recemos, hermanos, por nuestra Patria y digamos junto a María: ¡ARGENTINA, CANTA Y CAMINA!

Gustavo Arias.