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sábado, 23 de julio de 2016

La Mujer en el Mundo Actual

En el día de Nuestra Señora del Carmen, el Cardenal Primado del Perú Juan Luis Cipriani, hizo una reflexión sobre la situación de la mujer en el mundo actual, indicando que “la están atacando (a la mujer) más que nunca”, con la ideología de género. Muy acertadas las afirmaciones del Cardenal, por eso consideré escribir este pequeño artículo, agregando otros elementos que pasan desapercibidos, pero que tienen una íntima relación con la mujer en el mundo de hoy.

Cuando comenzaron a tener relevancia los movimientos feministas a mediados del Siglo XX, reclamaban cosas con las que cualquier persona de buena voluntad podía estar de acuerdo, como el derecho al sufragio, la igual remuneración ante la misma tarea desempeñada en un trabajo y demás; pero no muy atrás en el tiempo, se empezó a poner a la mujer en el lugar del hombre. Lo que parecía una “inocente rebeldía”, como que una mujer vista pantalones, escondía intenciones verdaderamente satánicas.

No hay que ser experto en demonología para colegir que satanás ataca lo que Dios más ama. No hace falta haber tenido experiencias como exorcista para saber que María Santísima, la creatura más perfecta y noble de toda la creación, es lo que el diablo más aborrece. El Protoevangelio anuncia que la mujer y su descendencia aplastarían la cabeza a satanás (Gén. 3:15). Con este anuncio, las fuerzas del mal comenzaron una lucha sin cuartel contra Dios y sus creaturas. Mientras el mundo se rigió más o menos con la Ley de Dios, el poder del maligno estaba muy limitado, pero cuando el hombre, en su libertad que nunca es violentada por el Creador, comenzó a apartar de la vida pública y privada al Señor, el diablo extendió cada vez más el mal hasta que llegamos al día de hoy, donde el hombre ya no es considerado como varón y mujer, sino como una mezcla amorfa de caprichos, donde el varón puede ser mujer, casarse con otro varón que piensa que puede encargar en una clínica un bebé con el color de ojos que a ellos se les antoje, como si se tratara de una pizza; y que, cuando uno de los dos sea viejito, cada cual habiendo vivido más de cinco “matrimonios”, pueda ir a la misma clínica, donde armó a gusto del consumidor a su hijo, a quitarse la vida.

En los últimos quinientos años fue acrecentándose poco a poco el repudio del hombre por lo sacro. La herejía protestante jamás negó al Dios uno y trino, ni la real divinidad y humanidad de Cristo, pero sí negó a Su Madre, reduciéndola a una mujer más que Dios eligió para hacerse hombre, pero que tuvo otros hijos. Se negó a la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica, el Cuerpo Místico de Cristo y pastoreada por el legítimo sucesor de Pedro, el Papa. Cada uno se arreglaría sólo con Dios, prescindiendo de los Sacramentos instituidos por Jesús. Hago lo que quiero, total ya me salvé en el momento en que dije “creo en que Jesús es mi salvador”.

Los movimientos liberales, promovidos por la masonería, llevaron adelante la Revolución Francesa, que impuso el pensamiento único, donde Dios era una especie de spray, una fuerza o energía creadora, que nos mira desde algún lugar, pero no interviene. Hoy están de moda muchas religiosidades con esta o parecidas ideas, todas nucleadas en la “New Age”.

Luego llegamos a finales del siglo XIX y principios del XX, donde el marxismo niega totalmente a Dios, atribuyéndole todo lo creado a una sucesión de causas puramente materiales. Todo podría explicarse naturalmente. Incluso los acontecimientos histórico-políticos tendrían una explicación material, donde un grupo de hombres malos (o capitalistas) domina a otro grupo de hombres buenos (o proletarios). La solución estaría en que los buenos eliminen a los malos y dominen las naciones. La bondad y maldad no dependen de los actos humanos, de cuán noble o canalla sea el hombre, sino sólo de su pertenencia a un estrato social.

Con este proceso, que algunos autores inician hace quinientos años (como lo hice yo), pero que en realidad se fue gestando desde el rechazo de Adán y Eva al Amor de Dios, llegamos al día de hoy, donde los distintos componentes de la herejía, el liberalismo y el marxismo, se combinan, formando distintas ideas o movimientos que usa satanás para extender el mal, con la colaboración servil del hombre.

Podemos ver hoy que todo está permitido expresar, menos la adhesión a la Verdad, que es reducida a una idea retrógrada, en el mejor de los casos, y en otros países es censurada en nombre de la libertad. En algunos lugares de Europa hay leyes “antidiscriminación”, donde decir que el matrimonio fue instituido por Dios indisoluble entre un hombre y una mujer es considerado un delito, pero si digo que un niño puede someterse a una operación de “cambio de sexo”, soy “cool” y puedo tener lugar como candidato en los partidos políticos de mayor peso.

El asesinato cobarde a inocentes, promovido por las feministas y todo el arco “políticamente correcto”, ya está casi impuesto en todo occidente. En nuestro país es un delito, sin embargo, el gobierno kirchnerista se las arregló para que, mediante un protocolo, los promiscuos y  amancebados puedan asesinar a sus hijos. El “cambio” tomó un montón de medidas económicas, anunció proyectos de infraestructura y demás, pero de anular el protocolo criminal, ni una palabra.

Hay muchas cosas más para decir, pero sería alargar demasiado un artículo que solamente busca aportar un granito de conciencia allí donde todavía la hay. Para recapitular, basta poner los conceptos anteriormente expuestos bajo la lupa de la Fe:

El demonio odia al género humano, por eso pretende alejarlo de su Creador, impulsando las herejías que niegan la autoridad del Vicario de Cristo, de la Iglesia y demás medios de gracia; pretende dividir a los hombres entre buenos y malos, promoviendo el odio de unos contra otros; busca imponer una confrontación entre el varón y la mujer para destruir a la familia, base de la sociedad e iglesia doméstica, donde el hombre aprende a amar.

Una madre con su hijo en el vientre, es para satanás la figura de María Santísima con Jesús. La sociedad que aprueba el aborto se hace servidora del mal y se burla de Dios. No dudo de la buena intención de algunas personas que apoyan el feminismo moderno. Es cierto que, durante mucho tiempo, la mujer fue víctima de desigualdades, pero también es cierto que se utilizan esas desigualdades como excusas para matar bebés; como se utiliza la desigualdad social para odiar a los ricos y, de ser posible, asesinarlos, como propone el marxismo.

Tiene razón el Cardenal Cipriani al afirmar que a la mujer la están atacando más que nunca. La atacan porque quieren quitarle lo más bello que tiene: ser mujer. La figura de María Santísima es el modelo más perfecto de mujer, pero para los servidores conscientes o inconscientes del mal, la mujer debe ser promiscua, independiente, vestir como prostituta, consumir alcohol y, como frutilla del postre de estiércol que ofrece satanás; asesinar a sus hijos, que son imagen del Divino Niño.

El Señor advierte sobre el destino de quienes se atreven a escandalizar a uno de estos pequeños (Mt. 18:6; Mc. 9:42; Lc. 17:2).

VAE MUNDO AB SCANDALIS!


El Señor tenga misericordia de nosotros.

Gustavo Arias.

miércoles, 5 de marzo de 2014

Miércoles de Ceniza, Inicio de la Cuaresma

Hoy, Miércoles de Ceniza, quiero dejarles el mensaje que el Cardenal Mario Poli envió para la Cuaresma de este año.
                                                                                                                                Sergio Gustavo Arias



Queridos hermanos:

En la liturgia del primer domingo de Cuaresma, como Iglesia suplicante pedimos al Dios de toda misericordia: "concédenos avanzar en la inteligencia del misterio de Cristo y vivirlo en plenitud"

La Cuaresma cristiana que iniciamos con la imposición de las cenizas nos introduce cada año más intensamente en la celebración del Misterio Pascual de Cristo, participación en su muerte, resurrección y ascensión. Así aspiramos a que la victoria de Cristo, nuestra Cabeza, se cumpla en todo su pueblo santo.

Hoy la Iglesia, prolonga y perfecciona esta Pascua de Cristo, el Señor de la historia, a lo largo del tiempo, pasando continuamente de la muerte del pecado a la vida nueva y gozosa de la gracia.

Si bien todo el Año Litúrgico es una llamada a asimilar el Misterio de Cristo, durante la Cuaresma y la Pascua lo experimentamos con mayor intensidad.

Bellamente, los cinco domingos en un "in crescendo" nos "inician" en ese Misterio y nos entrenan en el paso de la muerte a la vida. Paso que expresa la liturgia cuaresmal con la palabra conversión: "cambio de mentalidad", “cambio de dirección". Que nuestra mentalidad tantas veces lejana al Evangelio, se convierta en mentalidad de Cristo. Que la vida cerrada a Dios y al prójimo se abra con docilidad a la misericordia de Dios que vivifica y al amor concreto a los hermanos que transfigura la realidad.

Rasguen los corazones, no las vestiduras, conviértanse al Señor nos pide Dios por el profeta. Rasgar el corazón es declarar su vulnerabilidad aceptando la tentación y dejándonos embriagar por la visión esperanzada de la vida futura. Rasgar el corazón es reconocer su dureza y sequedad, clamando con la Samaritana por el agua que da Vida. Rasgar el corazón es, como el ciego de nacimiento, dejar que por sus grietas pase la luz que disipa las tinieblas. Rasgar el corazón y dejar, como Lázaro, que a través de las vendas de la muerte, la voz potente del maestro contagie la vida.

Rasgar el corazón hoy, con un lenguaje iluminado desde la Pascua y heredero del magisterio del Papa Francisco que invitó e invita a la revolución de la ternura será para nosotros: “enternezcan el corazón”.

Enternezcan el corazón para que la gracia que abundantemente nos regala el Dios de la vida los empape y experimenten su salvación. Enternezcan el corazón para que ningún dolor ni aflicción de los hermanos les resulte indiferente. Enternezcan el corazón para sentir la suavidad de la ternura del Padre sobre las llagas y heridas de antaño en la humanidad. Enternezcan el corazón para experimentar la alegría del amor donado y compartido, que nunca nos deja insatisfechos.

Enternezcan el corazón para anunciar con gozo, desde la propia carne, el Evangelio de la Vida abundante. Este es signo exterior de una realidad interior de conversión y de gracia de Dios que nos renueva en cada Pascua.

Conversión personal y pastoral para una Iglesia en Cuaresma, no será solamente un pueblo que ayuna y llora, sino sobre todo la de una comunidad que se pone a la escucha orante de la Palabra viva de Dios. Una Iglesia que se deja moldear así por su Señor experimenta de modo entrañable que la inteligencia del misterio de Cristo vivido en plenitud consiste en “dejar libres a los oprimidos, partir su pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo...” Ayunar, para dar al prójimo.

Con este marco tan cargado y fortalecido por la presencia de Dios los invito, como iglesia Arquidiocesana, a reforzar sus esfuerzos y generosidad con el “gesto cuaresmal solidario”. La experiencia de estos años ha puesto de manifiesto la vitalidad de las palabras del Señor en el corazón de cada uno de ustedes, que se ha hecho gesto en el compromiso de nuestra Iglesia en Buenos Aires con sus miembros más débiles.

Que Dios les regale una profunda Cuaresma solidaria y una santa y gozosa Pascua.

                                                                    Cardenal Mario Aurelio Poli, Arzobispo de Buenos Aires.

Fuente:
http://www.aica.org