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jueves, 25 de mayo de 2017

Qué Celebramos el 25 de Mayo

El 25 de Mayo tiene una versión "oficial" y otra profundamente católica e hispánica. Nosotros reivindicamos esta última, en la que los Próceres, como Saavedra, no buscaron desmembrar la Patria, sino sacarla adelante mediante el autogobierno.


España estaba invadida por las fuerzas napoleónicas y, en las Américas, la situación era calamitosa. Si los impíos tenían bajo su dominio a la Madre Patria, nosotros teníamos el deber de gobernarnos para no ser gobernados por Napoleón.


La versión oficial, aquella liderada por Moreno y sus secuaces, buscaba una independencia malsana de estas tierras, independencia que significa negar nuestro origen hispánico y católico. España era un monstruo opresor del que nosotros teníamos que apartarnos, enterrando toda nuestra historia en el olvido. Desde entonces, triunfó esta versión de Mayo, defendida hoy por liberales y marxistas.


El Mayo que nosotros recordamos es distinto. El proceso de separación de España fue algo necesario, pero doloroso. La Madre Patria ya no estaba gobernada por Reyes Católicos, sino por masones revolucionarios. No podíamos esperar del Viejo Mundo respuestas dignas de una nación cristiana.


Los católicos no tenemos que avergonzarnos por ser parte de ese Imperio Español, que trajo la Santa Religión a estas tierras, dando a conocer a los salvajes la Verdad de Jesucristo que hace libres a los hijos de Dios. ¿Hubo abusos durante la conquista? Claro que si. ¿Estamos orgullosos de eso? Por supuesto que no; sin embargo, los abusos no fueron algo general, sino casos particulares. Los conquistadores eran hombres como nosotros, que podían equivocarse.


La cristiandad llegó a estas tierras trayendo la salvación para sus habitantes y construyendo naciones libres del paganismo y la barbarie. Muchos historiadores hablan demasiado de los conquistadores, pero omiten totalmente hablar de la cultura precolombina, que adoraba al sol, asesinaba a miles y miles de inocentes, arrancandoles el corazón para inaugurar una pirámide o dar culto a sus "dioses".


El Imperio Azteca omprimía a las poblaciones de indios que no pertenecían al imperio, sin embargo los historiadores anti-hispánicos omiten esta parte, hablando de Hernán Cortéz como de un demonio.


Hoy, 25 de Mayo, los católicos, hijos de esta Argentina que supo ser hispánica y católica, rendimos homenaje a los héroes que defendieron nuestra identidad, que quisieron hacer de esta nación una extensión de la España Católica, gobernada por ejemplos de vidas cristianas, como la Reina Isabel.


No debemos doblegarnos y aceptar que se mancille nuestra Patria. No somos el producto de un proceso revolucionario, llevado adelante por subversivos. Somos hijos de un Imperio, que supo ser católico, del que salieron grandes héroes y santos, testigos verdaderos del Evangelio, que entregaron sus vidas por traer la Salvación de Cristo a estas tierras.


Pidamos a Cristo Rey, por intercesión de María Santísima, que podamos volver a darle gloria con todo lo que tenemos y somos, reconstruyendo nuestra Patria; devolviéndole lo que le quitaron los revolucionarios del odio, la mentira y de la muerte.


                            Gustavo Arias.

lunes, 19 de diciembre de 2016

Feminismo: La "Lucha de Sexos"

Antes de empezar a desarrollar el tema que quiero tratar en este artículo, quisiera hacer una aclaración, para evitar malos entendidos: la violencia contra las mujeres es repudiable y debe ser condenada por la ley y por cualquier persona de buena voluntad, como debe ser condenada la violencia contra los ancianos, contra los niños por nacer y contra cualquier grupo humano que, por la razón que sea, se vea en inferioridad de condiciones físicas, psíquicas, sociales, etc.

Un hombre que golpea o mata a una mujer debe ser castigado; de igual modo, una mujer que golpea a un niño o lo asesina mediante un aborto. El problema comienza cuando se pretende dar mayor peso a la violencia contra un grupo determinado de personas. Golpear a otro, sea hombre o mujer, está mal. No hay razón para decir que, si el victimario es hombre y la víctima mujer, está mal, pero si es al revés, está bien.

El marxismo propone la lucha de clases, donde los ricos son los malos y los pobres los buenos. Esa idea fue cambiando algunos componentes, hasta convertirse hoy en la “lucha de sexos”, donde la mujer es la oprimida y el varón el opresor. Los que defienden estas ideas nunca van a admitir que sea así, pero basta ver un video de “concientización” para darse cuenta de lo que hablo. Hace unos días, haciendo “zapping” di con uno de estos spots, donde actuaba gente del ambiente artístico más chabacano, pero suficiente como para influenciar a las masas. Frases como “¿Te dice que es mejor que no trabajes, que te quedes en casa? Eso es violencia” o “¿Te pregunta con quién hablas por celular? Eso es violencia”. En un momento, uno de estos actorcillos de telenovelas, pregunta “¿Un insulto, un empujón?”; y así mezclan la violencia con el legítimo derecho que tiene un marido a saber con quién habla su esposa o de pedirle, si así lo considera conveniente, que se quede en casa a cumplir su función de madre y esposa. En una parte del video, uno de los personajes dice “Si se arrepiente y te pide perdón, no alcanza”. Entonces, la única vía sería el divorcio.

Ya Engels en “El Capital” se manifestaba hostil hacia la familia. La subversión marxista jamás buscó proteger al proletario o a la mujer frente al avasallamiento de los capitalistas o los varones, respectivamente. De hecho, la historia muestra que, lejos de hacer prosperar a los pobres, el comunismo se encargó de empobrecer a las clases medias, sumando más pobreza a la ya existente. Con la mujer se da la contradicción de que, si bien por un lado aparentan defenderla, por el otro dicen que es (la mujer) una construcción social. Así se desarrolló la tristemente célebre ideología de género, que niega las diferencias sustanciales del varón y la mujer, reduciéndolas al sexo que, eventualmente, también podría cambiarse, según el antojo de los depravados.

Llegados a este punto, podrá preguntarse el lector: ¿a dónde quiere llegar quien escribe? La respuesta es sencilla: el adoctrinamiento de las masas, mediante la educación, los medios de comunicación y demás, para subvertir el orden moral y eliminar el sentido común, es un hecho. No se trata de una teoría conspirativa. Los mismos que se levantaron en armas contra la Patria en los años 60 y 70 para instaurar un régimen marxista, son los que hoy están en el Congreso legislando en contra de la familia y la vida humana, son los mismos que hoy desinforman utilizando los medios de comunicación, son aquellos que pintan consignas en las paredes de la Catedral como “la única iglesia que ilumina es la que arde”. Es la revolución gramsciana que, como un cáncer, está matando a nuestro país y al mundo entero.

Los feministas consideran que todo lo que vaya en contra de la decisión de una mujer, es violencia, así esa decisión sea inmoral. Según ellos, si una mujer queda embarazada y no se le permite abortar, es víctima de violencia de género. Ni el fin ni los medios importan para legitimar o condenar una acción, sino si quien la ejecuta es una mujer o un varón.

San Agustín en su magnífica Civitate Dei expone muy bien el problema. La Iglesia sigue su marcha y la promesa de Cristo, respecto a que las puertas del infierno no prevalecerían contra Ella, debe darnos la tranquilidad de que así será. Pero está la Babilonia, bajo el dominio de Satanás, que corrompió al poder político y que vomita todo su odio, utilizando a los movimientos feministas, el periodismo, las escuelas y todo lo que esté a su alcance para pervertir todo orden establecido por el Creador. Sabe el demonio que, finalmente, será derrotado, por eso ataca lo que Dios más ama. Así buscan las logias y sectas subvertir todo orden, utilizando movimientos como el feminismo, para violentar las conciencias, haciendo creer que está bien asesinar bebés, borrar la figura del padre, prostituir con la impudicia y las malas costumbres a la mujer; promover la sodomía; el onanismo y demás perversiones.

Es importante la oración en familia, la participación en la Santa Misa de los padres junto a los hijos, frecuentar los Sacramentos y formarse no sólo para sí, sino también para formar. Una charla en el ámbito laboral o un comentario en las redes sociales, puede rescatar a un hijo de Dios perdido en la pestilencia del pensamiento único que se impone con más rencor cada día, con la connivencia de presidentes de muchas naciones, de miembros de organizaciones internacionales y, para nuestro pesar, de muchos pastores a los que el Señor les confió el cuidado de Su rebaño.

Hace menos de un año se estrenó en Argentina una película llamada “Me casé con un boludo”. Llama la atención que, los mismos que consideran violento a un hombre por preguntarle a su esposa con quién habla por celular, se rían de una mujer que llama “boludo” a su marido.

Ayer eran los proletarios contra los capitalistas, hoy las mujeres contra los hombres. Mañana tal vez sean los niños contra sus padres. Toda división o antagonismo sistemático entre distintos grupos humanos, responde a un plan diabólico. Nadie puede adherir a ideas así sin incurrir en una grave ofensa a Dios.


Pidamos a María Santísima que interceda por las familias, especialmente por aquellas que sufren divisiones internas o que se ven atacadas desde afuera por la dictadura del relativismo, como bien llamaba el Papa Emérito Benedicto XVI a esta corriente ideológica que persigue a todo el que no adhiera a ella.

Gustavo Arias.

domingo, 16 de octubre de 2016

San José Sánchez del Río


Hoy, 16 de Octubre de 2016, el Papa Francisco canonizó a siete santos. Entre ellos, está el Cura Brochero, muy querido en Argentina. El 14 de Septiembre de 2013, el Cura Gaucho era proclamado beato, ocasión en la cual publiqué una entrada con la noticia de la beatificación y un pequeño artículo escrito por Hugo Wast, el cual pueden leer AQUÍ.


Otro santo canonizado hoy es José Sánchez del Río, un pequeño mexicano de 14 años de edad que decidió unirse a los cristeros, para defender la Fe y a la Santa Iglesia, que era perseguida por el gobierno masónico de Plutarco Elías Calles.

Les dejo una pequeña reseña biográfica de este santo y, al final, un video con una bonita canción escrita para él.

El video contiene imágenes de San José Sánchez del Río, como también de la película "Cristiada", la cual recomiendo mirar, ya que muestra un poco de la vida del santo y del desarrollo de la Guerra Cristera.


San José Sánchez del Río

Nació el 28 de marzo de 1913 en Sahuayo, Michoacán. Al decretarse la suspensión del culto público, José tenía 13 años y 5 meses. Su hermano Miguel decidió tomar las armas para defender la causa de Cristo y de su Iglesia. José, viendo el valor de su hermano, pidió permiso a sus padres para alistarse como soldado; su madre trató de disuadirlo pero él le dijo: "Mamá, nunca había sido tan fácil ganarse el cielo como ahora, y no quiero perder la ocasión". Su madre le dio permiso, pero le pidió que escribiera al jefe de los Cristeros de Michoacán para ver si lo admitía. José escribió al jefe cristero y la respuesta fue negativa. No se desanimó y volvió a insistir pidiéndole que lo admitiera, si no como soldado activo, sí como un asistente.

En el campamento se ganó el cariño de sus compañeros que lo apodaron "Tarsicio". Su alegría endulzaba los momentos tristes de los cristeros y todos admiraban su gallardía y su valor. Por la noche dirigía el santo rosario y animaba a la tropa a defender su fe. 

El 5 de febrero de 1928, tuvo lugar un combate, cerca de Cotija. El caballo del general cayó muerto de un balazo, José bajó de su montura con agilidad y le dijo: "Mi general, aquí está mi caballo, sálvese usted, aunque a mí me maten. Yo no hago falta y usted sí" y le entregó su caballo. En combate fue hecho prisionero y llevado ante el general callista quien le reprendió por combatir contra el Gobierno y, al ver su decisión y arrojo, le dijo: "Eres un valiente, muchacho. Vente con nosotros y te irá mejor que con esos cristeros". "¡Jamás, jamás! ¡Primero muerto! ¡Yo no quiero unirme con los enemigos de Cristo Rey! ¡Yo soy su enemigo! ¡Fusíleme!". 

El general lo mandó encerrar en la cárcel de Cotija, en un calabozo oscuro y maloliente. José pidió tinta y papel y escribió una carta a su madre en la que le decía: "Cotija, 6 de febrero de 1928. Mi querida mamá: Fui hecho prisionero en combate en este día. Creo que voy a morir, pero no importa, mamá. Resígnate a la voluntad de Dios. No te preocupes por mi muerte... haz la voluntad de Dios, ten valor y mándame la bendición juntamente con la de mi padre...".

El 10 de febrero de 1928, como a las 6 de la tarde, lo sacaron del templo y lo llevaron al cuartel del Refugio. A las 11 de la noche llegó la hora suprema. Le desollaron los pies con un cuchillo, lo sacaron del mesón y lo hicieron caminar a golpes hasta el cementerio. Los soldados querían hacerlo apostatar a fuerza de crueldad, pero no lo lograron. Dios le dio fortaleza para caminar, gritando vivas a Cristo Rey y a Santa María de Guadalupe. Ya en el panteón, preguntó cuál era su sepultura, y con un rasgo admirable de heroísmo, se puso de pie al borde de la propia fosa, para evitar a los verdugos el trabajo de transportar su cuerpo. Acto seguido, los esbirros se abalanzaron sobre él y comenzaron a apuñalarlo. A cada puñalada gritaba de nuevo: "¡Viva Cristo Rey! ¡Viva la Virgen de Guadalupe!". En medio del tormento, el capitán jefe de la escolta le preguntó, no por compasión, sino por crueldad, qué les mandaba decir a sus padres, a lo que respondió José: "Que nos veremos en el cielo. ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva la Virgen de Guadalupe!". Mientras salían de su boca estas exclamaciones, el capitán le disparó a la cabeza, y el muchacho cayó dentro de la tumba, bañado en sangre, y su alma volaba al cielo. Era el 10 de febrero de 1928. Sin ataúd y sin mortaja recibió directamente las paladas de tierra y su cuerpo quedó sepultado, hasta que años después, sus restos fueron inhumados en las catacumbas del templo expiatorio del Sagrado Corazón de Jesús. Actualmente reposan en el templo parroquial de Santiago Apóstol, en Sahuayo, Michoacán. 

Fue beatificado el 20 de noviembre de 2005, y canonizado por el Papa Francisco el 16 de octubre de 2016





Texto biográfico extraído de AciPrensa.com

sábado, 23 de julio de 2016

La Mujer en el Mundo Actual

En el día de Nuestra Señora del Carmen, el Cardenal Primado del Perú Juan Luis Cipriani, hizo una reflexión sobre la situación de la mujer en el mundo actual, indicando que “la están atacando (a la mujer) más que nunca”, con la ideología de género. Muy acertadas las afirmaciones del Cardenal, por eso consideré escribir este pequeño artículo, agregando otros elementos que pasan desapercibidos, pero que tienen una íntima relación con la mujer en el mundo de hoy.

Cuando comenzaron a tener relevancia los movimientos feministas a mediados del Siglo XX, reclamaban cosas con las que cualquier persona de buena voluntad podía estar de acuerdo, como el derecho al sufragio, la igual remuneración ante la misma tarea desempeñada en un trabajo y demás; pero no muy atrás en el tiempo, se empezó a poner a la mujer en el lugar del hombre. Lo que parecía una “inocente rebeldía”, como que una mujer vista pantalones, escondía intenciones verdaderamente satánicas.

No hay que ser experto en demonología para colegir que satanás ataca lo que Dios más ama. No hace falta haber tenido experiencias como exorcista para saber que María Santísima, la creatura más perfecta y noble de toda la creación, es lo que el diablo más aborrece. El Protoevangelio anuncia que la mujer y su descendencia aplastarían la cabeza a satanás (Gén. 3:15). Con este anuncio, las fuerzas del mal comenzaron una lucha sin cuartel contra Dios y sus creaturas. Mientras el mundo se rigió más o menos con la Ley de Dios, el poder del maligno estaba muy limitado, pero cuando el hombre, en su libertad que nunca es violentada por el Creador, comenzó a apartar de la vida pública y privada al Señor, el diablo extendió cada vez más el mal hasta que llegamos al día de hoy, donde el hombre ya no es considerado como varón y mujer, sino como una mezcla amorfa de caprichos, donde el varón puede ser mujer, casarse con otro varón que piensa que puede encargar en una clínica un bebé con el color de ojos que a ellos se les antoje, como si se tratara de una pizza; y que, cuando uno de los dos sea viejito, cada cual habiendo vivido más de cinco “matrimonios”, pueda ir a la misma clínica, donde armó a gusto del consumidor a su hijo, a quitarse la vida.

En los últimos quinientos años fue acrecentándose poco a poco el repudio del hombre por lo sacro. La herejía protestante jamás negó al Dios uno y trino, ni la real divinidad y humanidad de Cristo, pero sí negó a Su Madre, reduciéndola a una mujer más que Dios eligió para hacerse hombre, pero que tuvo otros hijos. Se negó a la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica, el Cuerpo Místico de Cristo y pastoreada por el legítimo sucesor de Pedro, el Papa. Cada uno se arreglaría sólo con Dios, prescindiendo de los Sacramentos instituidos por Jesús. Hago lo que quiero, total ya me salvé en el momento en que dije “creo en que Jesús es mi salvador”.

Los movimientos liberales, promovidos por la masonería, llevaron adelante la Revolución Francesa, que impuso el pensamiento único, donde Dios era una especie de spray, una fuerza o energía creadora, que nos mira desde algún lugar, pero no interviene. Hoy están de moda muchas religiosidades con esta o parecidas ideas, todas nucleadas en la “New Age”.

Luego llegamos a finales del siglo XIX y principios del XX, donde el marxismo niega totalmente a Dios, atribuyéndole todo lo creado a una sucesión de causas puramente materiales. Todo podría explicarse naturalmente. Incluso los acontecimientos histórico-políticos tendrían una explicación material, donde un grupo de hombres malos (o capitalistas) domina a otro grupo de hombres buenos (o proletarios). La solución estaría en que los buenos eliminen a los malos y dominen las naciones. La bondad y maldad no dependen de los actos humanos, de cuán noble o canalla sea el hombre, sino sólo de su pertenencia a un estrato social.

Con este proceso, que algunos autores inician hace quinientos años (como lo hice yo), pero que en realidad se fue gestando desde el rechazo de Adán y Eva al Amor de Dios, llegamos al día de hoy, donde los distintos componentes de la herejía, el liberalismo y el marxismo, se combinan, formando distintas ideas o movimientos que usa satanás para extender el mal, con la colaboración servil del hombre.

Podemos ver hoy que todo está permitido expresar, menos la adhesión a la Verdad, que es reducida a una idea retrógrada, en el mejor de los casos, y en otros países es censurada en nombre de la libertad. En algunos lugares de Europa hay leyes “antidiscriminación”, donde decir que el matrimonio fue instituido por Dios indisoluble entre un hombre y una mujer es considerado un delito, pero si digo que un niño puede someterse a una operación de “cambio de sexo”, soy “cool” y puedo tener lugar como candidato en los partidos políticos de mayor peso.

El asesinato cobarde a inocentes, promovido por las feministas y todo el arco “políticamente correcto”, ya está casi impuesto en todo occidente. En nuestro país es un delito, sin embargo, el gobierno kirchnerista se las arregló para que, mediante un protocolo, los promiscuos y  amancebados puedan asesinar a sus hijos. El “cambio” tomó un montón de medidas económicas, anunció proyectos de infraestructura y demás, pero de anular el protocolo criminal, ni una palabra.

Hay muchas cosas más para decir, pero sería alargar demasiado un artículo que solamente busca aportar un granito de conciencia allí donde todavía la hay. Para recapitular, basta poner los conceptos anteriormente expuestos bajo la lupa de la Fe:

El demonio odia al género humano, por eso pretende alejarlo de su Creador, impulsando las herejías que niegan la autoridad del Vicario de Cristo, de la Iglesia y demás medios de gracia; pretende dividir a los hombres entre buenos y malos, promoviendo el odio de unos contra otros; busca imponer una confrontación entre el varón y la mujer para destruir a la familia, base de la sociedad e iglesia doméstica, donde el hombre aprende a amar.

Una madre con su hijo en el vientre, es para satanás la figura de María Santísima con Jesús. La sociedad que aprueba el aborto se hace servidora del mal y se burla de Dios. No dudo de la buena intención de algunas personas que apoyan el feminismo moderno. Es cierto que, durante mucho tiempo, la mujer fue víctima de desigualdades, pero también es cierto que se utilizan esas desigualdades como excusas para matar bebés; como se utiliza la desigualdad social para odiar a los ricos y, de ser posible, asesinarlos, como propone el marxismo.

Tiene razón el Cardenal Cipriani al afirmar que a la mujer la están atacando más que nunca. La atacan porque quieren quitarle lo más bello que tiene: ser mujer. La figura de María Santísima es el modelo más perfecto de mujer, pero para los servidores conscientes o inconscientes del mal, la mujer debe ser promiscua, independiente, vestir como prostituta, consumir alcohol y, como frutilla del postre de estiércol que ofrece satanás; asesinar a sus hijos, que son imagen del Divino Niño.

El Señor advierte sobre el destino de quienes se atreven a escandalizar a uno de estos pequeños (Mt. 18:6; Mc. 9:42; Lc. 17:2).

VAE MUNDO AB SCANDALIS!


El Señor tenga misericordia de nosotros.

Gustavo Arias.

miércoles, 28 de octubre de 2015

Y ahora... ¿Que?

El pasado domingo 25 de Octubre la Argentina vivió una jornada electoral fuertemente marcada por la incertidumbre y el miedo. Incertidumbre de quienes apoyaron durante los últimos doce años el proyecto cubanizante de la Argentina, al ver un panorama muy difícil para la  continuidad en el gobierno del oficialismo; y el miedo de quienes se encuentran en las antípodas de la demagogia populista, que ven en las masas de electores al monstruo apátrida del  54%, presto a dar el tiro de gracia a la mortecina Argentina. Tanto de un lado como del otro, las expectativas no eran muy alentadoras, gracias a la desinformación de los medios y las encuestadoras.

Finalmente se despejó un poco el panorama y ahora podemos ver más claramente el ocaso de una etapa nefasta para la Patria, sin embargo nada está dicho aún, ya que el oportunismo, el clientelismo y demás condicionamientos a los que se somete gran parte del electorado, hacen posible que, aún después de haber podido vivir un clima de aparente deseo de cambio, caigamos nuevamente en manos del poder reinante.

Habiendo hecho esta introducción, quisiera reflexionar un poco sobre el futuro no tan lejano de nuestro país:

Un balotaje implica, como todos saben, elegir entre dos caminos. En la actualidad tenemos el camino de los muy conocidos herederos de la subversión terrorista de los 60’s y 70’s, y el del nuevo y muy “plural” e “inclusivo” liberalismo. Si bien son caminos diferentes, persiguen fines muy parecidos, sobre todo en lo que respecta a cuestiones morales, que hacen inadmisible para un católico tomar partido por uno o el otro.

Como decíamos más arriba, es posible que el próximo 22 de noviembre la Argentina viva un cambio que, al menos en cuestiones sociales, signifique un respiro para todos (al menos para todos los que no deseamos seguir viviendo la confrontación entre hermanos). Es posible también que un eventual nuevo gobierno rescate al campo y a otros tantos sectores olvidados e incluso despreciados por la actual conducción. Las instituciones pueden reverdecer, luego de tantos años de haber sido sistemáticamente destruidas; particularmente las Fuerzas Armadas, de Seguridad y Policiales que tuvieron que sufrir el desprestigio y la humillación de parte de aquellos que, derrotados en los 70’s, vienen vomitando el odio y utilizando todos los medios a su alcance para vengarse de los uniformados, como ocurre con muchos ancianos encerrados en cárceles comunes, que mueren por falta de atención médica o por las vejaciones que reciben.

Ojalá este cambio se dé y el nuevo gobierno pueda aplacar un poco el tormentoso clima que la neo-lucha de clases instaló. Pero después de recuperar al campo, devolver el prestigio a las instituciones, estabilizar un poco la economía, dejar de gastar las reservas para mantener entretenidos a los más desfavorecidos y así callarles la boca, y todos los logros que son posibles, borrando del mapa a los actuales dirigentes; ¿qué pasará?

¿Realmente podemos confiar en que el “matrimonio igualitario” va a quedar sepultado en un triste recuerdo, cuando fueron sus promotores los mismos que hoy proponen un cambio? ¿Podemos tener esperanzas en que los que no pueden permitirse pagar un colegio decente a sus hijos, tengan plena confianza en que en las escuelas públicas no les van a enseñar a sus hijos a masturbarse, a utilizar métodos anticonceptivos e incentivarlos a la fornicación, cuando los que hoy proponen un cambio son los que crearon el programa “Chau Tabú”? ¿Estarán protegidos los niños huérfanos, que esperan que una familia los adopte, del capricho de los promotores de la contranatura, amparada hoy por muchos personajes del “cambio”? ¿Dejarán de morir niños asesinados por sus propias madres y por personas que juraron salvar vidas? ¿Se terminará el INADI, la CHA, LGBT y demás organizaciones que atentan contra la Santa Madre Iglesia y sus fieles? ¿Se respetará el derecho a la objeción de conciencia de un juez que no quiere declarar marido y mujer a dos sodomitas, o de un médico que no quiere asesinar inocentes?

Muchas veces es legítimo para un católico elegir el mal menor, pero cuando no tiene opción. Hoy tenemos la opción de no elegir, anulando nuestro voto, por ejemplo. No estaríamos faltando a nuestro deber cívico y, sobre todo, no estaríamos siendo cómplices de los enemigos de Dios y la Iglesia.

Los crímenes y demás pecados que hoy cometemos como Nación, no tienen precedente en la historia de nuestra Patria. Es necesario orar mucho, hermanos. Hay que reparar con ayunos, mortificaciones, desagravios y todo lo que esté a nuestro alcance.

Independientemente de quiénes sean los próximos conductores de nuestra amada Argentina, los esfuerzos para salvarla del paganismo total dependen de nosotros, los hijos de Dios que, aunque pecadores, fuimos rescatados de las ataduras de la muerte y llamados a iluminar con la Luz perenne de Cristo todos los rincones del mundo.

El Inmaculado Corazón de María nos inspire para obrar con rectitud y su poderosa intercesión cure todas las heridas abiertas de nuestra Patria, empezando por acoger el Amor misericordioso de Jesucristo.

ORACION POR LA PATRIA

Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Nos sentimos heridos y agobiados.
Precisamos tu alivio y fortaleza.
Queremos ser nación,
una nación cuya identidad
sea la pasión por la verdad
y el compromiso por el bien común.
Danos la valentía de la libertad
de los hijos de Dios
para amar a todos sin excluir a nadie,
privilegiando a los pobres
y perdonando a los que nos ofenden,
aborreciendo el odio y construyendo la paz.
Concédenos la sabiduría del diálogo
y la alegría de la esperanza que no defrauda.
Tú nos convocas. Aquí estamos, Señor,
cercanos a María, que desde Luján nos dice:
¡Argentina! ¡Canta y camina!
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Amén.

Dios los bendiga.

Gustavo Arias.

martes, 3 de marzo de 2015

Los Católicos Argentinos y la Política

“Panem et circenses” puede resumir los últimos 70 años de peronismo que, entre golpes de estado, terrorismo subversivo, cortos períodos de radicalismo y alianzas vergonzosas entre distintas facciones políticas, se ha perpetuado en el poder.

Con algunas variantes ideológicas y líderes más o menos carismáticos, el pan y el circo fue siempre la línea que siguieron los justicialistas. La “década ganada” no podía ser menos y, dando planes sociales, Pro-Cre-Ar, asignaciones universales y demás beneficios a las clases baja y media-baja, ha completado la primera parte de esa alocución latina. La segunda fue coronada, entre otras cosas, con el Fútbol Para Todos.

Nadie podría discutir que muchos planes sociales son necesarios para “salir de apuro”, pero de ahí a hacer pasar a los subsidiados como personas con trabajo en blanco para reducir al mínimo posible las estadísticas de desocupación, y que encima los beneficiados por dichos planes se dejen utilizar como marionetas, es algo muy distinto. El Pro-Cre-Ar dio a muchísimas personas la posibilidad de adquirir una casa propia, pero que un cristiano, por haber accedido a este programa, diga “yo estoy de acuerdo con este gobierno” y defienda la sucesión ininterrumpida de inmoralidades que se  sobrevienen desde hace años, habla de que estamos ante personas de una mezquindad moral monstruosa, en el mejor de los casos. No importa que desde el Estado se cometan las peores aberraciones y se atente sistemáticamente contra la moral; mientras el 54% tenga sus pesitos depositados todos los meses, pueda adquirir una casa o mirar fútbol sin pagar un codificador, el peronismo va a seguir siendo el régimen imperante en nuestra desangrada Argentina.

Con lo dicho podemos cerrar este artículo, porque basta y sobra para dar las razones por las cuales un cristiano no debería estar en las filas del peronismo, pero, como la tibieza encuentra siembre razones para justificar el vicio, vamos a exponer lo más grave, aquello que solamente personas sin siquiera sentido de la moral pueden justificar para identificarse con el gobierno actual.

Cuando el fiscal Alberto Nisman murió de manera misteriosa, un día antes de exponer una denuncia en la que se veían comprometidos funcionarios del gobierno y afines, muchos kirchneristas dijeron: Bueno, si se comprueba que el gobierno tuvo algo que ver con la muerte del fiscal, vamos a tener que ir apartándonos de sus filas porque estamos hablando de un gobierno mafioso. Yo le pregunto a esta gente: ¿Acaso el crimen de un fiscal es lo más grave que hizo (en caso que lo haya hecho) este gobierno? No seamos hipócritas. La cantidad de muertes en manos de delincuentes que hay en este país, con el silencio cómplice del discurso oficialista, viene ensuciando al gobierno y sus simpatizantes hace muchísimo tiempo. Aún así, los más laxos podrían seguir justificándose, porque lo que presentamos hasta ahora, si bien es gravísimo, no abarca todo el arco de inmoralidades que existen.

Desde el gobierno de Perón, con la legalización de prostíbulos, el impulso de leyes de divorcio, la quema de iglesias, el fomento de organizaciones subversivas de izquierda y derecha, etc., hasta la actualidad, en que se escucha a funcionarios kirchneristas jactándose de la distribución de preservativos, el mal llamado “matrimonio gay”, el sistema educativo que adoctrina a los niños y jóvenes en el materialismo ateo y el aborto que ya se practica en hospitales públicos; sobran razones para que un católico no solamente no adhiera a este gobierno, sino que ponga todos los recursos que estén a su alcance para librar el Buen Combate contra los enemigos de Cristo que, desde la Casa Rosada, el Congreso y demás edificios públicos, siguen atentando contra nuestra Santa Fe.

La economía es parte fundamental de la gestión de un gobierno. El mismo Papa Francisco habló en múltiples ocasiones sobre la necesidad de políticas más inclusivas, que den soluciones concretas a la pobreza y permitan a todos los ciudadanos acceder a una vida temporal digna, sin embargo nadie puede simpatizar con un gobierno solamente porque la economía funciona bien. Más aún, nadie puede decir que en este país hay auténtica inclusión porque sigue habiendo planes sociales, en vez de trabajo en blanco, siguen muriendo niños víctimas de la desnutrición y podríamos seguir la lista de falencias que este gobierno tiene en materia de inclusión y desarrollo económico, pero como se viene entendiendo a lo largo de este artículo, no es esta área de la política la que más nos compromete como nación.

El cielo no se gana con billetes, sino haciendo la Voluntad de Dios y, el peronismo, sobre todo en los últimos 10 años, mancilló cada uno de los Mandamientos de la Ley de Dios. No debería sorprendernos, al tener en las más altas esferas del gobierno a enemigos declarados de la Iglesia: feministas, abortistas, homosexualistas, masones, marxistas y una larga lista de elementos que, amparados bajo la maquinaria del poder, siguen atentando contra la Patria y promoviendo abiertamente la lucha contra la Iglesia de Cristo.

Lo más sorprendente es que, sabiendo todo esto, exista gente que participa de la Santa Misa los domingos y, de lunes a sábado apoye a los enemigos de Cristo. Otros no apoyan al kirchnerismo, pero sí a alternativas que, aunque prometen mayor rigurosidad contra los delincuentes, siguen apoyando la contranatura, el desarrollo de lobbies y demás batallas que no tienen otro fin que vaciar a nuestra Argentina de su identidad católica e hispana. Pareciera que la opción por “ninguno” les resulta anti-democrática, entonces adhieren al “menos malo”. ¿Es legítimo esto?

La democracia es muy valorada por el magisterio de la Iglesia, pero la Doctrina Social nos enseña que, tanto la democracia, como la monarquía o cualquier otro sistema, siempre que sea justo, es legítimo. Nadie “falla a la democracia” por no adherir a partido alguno. Y aunque lo hiciera, hay valores muchísimos más importantes que deben tutelarse antes que la democracia. Es como que un padre, por no dejar que su hijo se aburra, lo deje jugar con las serpientes. Todavía más: nadie peca por no ser democrático y mucho menos cuando, tomando esta postura, trata de ser fiel a Cristo.

En Lucas 11:23, el mismísimo Cristo nos dice que el que no está con Él, está contra Él y el que no recoge con Él, desparrama. Parece una perogrullada, pero hay que decirla para aclarar un poco el panorama de algunos hermanos: EL QUE ESTÁ CON ESTE GOBIERNO, ESTÁ CONTRA CRISTO.

Lejos de querer apuntar con el dedo a nuestros hermanos, quise con este artículo cumplir con la corrección fraterna. Todos somos pecadores y debemos luchar contra nuestras flaquezas, pero, nombrando de nuevo al Papa Francisco: PECADORES, SI; CORRUPTOS, NO. El que es pecador por debilidad, es perdonado por el Señor todas las veces que se arrepienta, pero el que, sabiendo que está en el error, no se arrepiente y sigue en su conducta, convirtiéndose así en un corrupto, no puede ser alcanzado por la Divina Misericordia que no violenta la voluntad de las personas, a las cuales Dios creó libres.


Recemos, hermanos, por nuestra Patria y digamos junto a María: ¡ARGENTINA, CANTA Y CAMINA!

Gustavo Arias.

lunes, 24 de febrero de 2014

La ONU Contra la Iglesia


La Organización de Naciones Unidas realizó recientemente un informe donde vomita todo el odio visceral que guarda hacia la Santa Religión. Resulta que se acusa al Vaticano de “violar los derechos de la infancia”
al no entregar a los pedófilos a las autoridades civiles.

No nos vamos a centrar en el documento, pero es importante remarcar que, además de la acusación, exigen que la Iglesia cambie su posición respecto a la homosexualidad y que apruebe el aborto en casos de menores de edad, entre otras cosas. Es raro que por un lado digan que quieren proteger a los menores, pero por el otro exijan que se los asesine o se los entregue a una pareja de sodomitas.

El embajador de Ginebra, Monseñor Silvano Tomasi, respondió a las acusaciones diciendo que “el informe era distorsionado, injusto, tendencioso y que respondía a una ideologización detrás de la cual estaban grupos defensores de los derechos homosexuales”. Es sustancial comprender las palabras del Monseñor Tomasi, ya que resumen perfectamente la cochambre ideológica que impulsa la ONU.

Entre los objetivos que se propone esta organización, están:

* Erradicar la pobreza extrema y el hambre.

* Promover la igualdad entre los “géneros” y la autonomía de la mujer.

* Reducir la mortalidad infantil.

* Mejorar la salud materna.

Podemos nombrar otros, pero creo que con estos nos alcanza para divisar de lejos la paradoja que existenentre sus objetivos y su accionar.

Losngrupos de presión homosexual y feministas inventan derechos ilegítimos. Pongamos como ejemplo el “matrimonio” igualitario que recientemente se aprobó en nuestro país (Argentina) con la aclamación de la presidente y todos sus secuaces oficialistas y opositores:

La palabra matrimonio proviene del latín “matris” (madre o matriz) y “munium” (cuidado); unidas ambas significa “cuidado de la madre o la matriz”. El concepto surge de la tradición judeo-cristiana, donde bien se sabe que el padre provee el sustento económico a su familia y la madre cumple el rol insustituible de sustentar a la familia en el plano espiritual, enseñando a sus hijos la recta doctrina, y en el educativo. Resumiendo, el matrimonio debe garantizar la protección de la mujer para que pueda llevar adelante su tarea de madre que es, sin lugar a dudas, el rol más honorífico que un ser humano puede tener y el cual muchos hombres desearían ocupar. Por lo tanto, lejos de “atentar” contra la mujer, el matrimonio fue instituido por Dios para protegerla y darle ese lugar único en la familia, como lo hizo con la Santísima Virgen María.

Cuando la legislación nacional tenía un poco de sentido común, los homosexuales tenían el mismo derecho que los heterosexuales de contraer matrimonio. Si de repente un hombre homosexual decidía casarse con una mujer, podía hacerlo tranquilamente. Es falso que se les “truncaba un derecho fundamental”. Lo que hizo la nueva legislación es inventar un derecho de la nada. Aunque se le quiera llamar matrimonio, sabemos que no lo es por lo que vimos arriba; se contradice con el concepto porque los elementos que lo componen son cosmológica y teológicamente incompatibles.

¿Y pretenden darle la misma dignidad a la mujer, permitiendo que un hombre sexualmente desviado decida pertenecer al sexo femenino y sea considerado como tal? ¿Se puede mejorar la salud materna desconociendo la esencia del concepto de maternidad? ¿Acaso a alguien se le puede cruzar por la cabeza asesinar cobardemente a un bebé en el vientre de su propia madre y jactarse de enarbolar la lucha contra la mortalidad infantil?

La praxis marxista y liberal atenta abiertamente contra la Iglesia. Sabemos muy bien que las puertas del infierno no prevalecerán contra Ella, pero igualmente debemos defenderla ante el avasallamiento del Príncipe del Mundo que hoy mora en la ONU, pero también en nuestros gobernantes y en todos los depravados que, mediante el sufragio, los ponen en el poder, dando lugar a las políticas que están destruyendo hasta los últimos vestigios que todavía quedan vivos de la Cristiandad.

Les ruego que entre sus plegarias pidan al Todopoderoso que, aunque todo esto tenga que ocurrir, nos de las fuerzas para mantenernos firmes en la lucha, sobre todo espiritual, para no ceder ante el mal que hoy azota con tanto ímpetu contra la Barca de Pedro. Igualmente supliquemos que nos de cada día más Fe, Esperanza y Caridad, ya que son las virtudes que nos van a proveer las armas para dar lucha con eficacia y esperar el Juicio Final en auténtica paz. Creo que un acto grandísimo de amor sería también orar por la conversión de quienes llevan adelante estas ideologías.

Les dejo un video donde el Monseñor Héctor Aguer (Arzobispo de La Plata, Argentina) explica de manera clara y breve el problema de la ONU y las políticas que impulsa.

http://www.youtube.com/watch?v=dMxwwpLtkCQ
                                                                                                                                       Gustavo Arias.

Este artículo fué posteado con anterioridad. Debido a dificultades con el video que en el mismo se incluye, tuvo que ser nuevamente publicado.

domingo, 26 de enero de 2014

Movimiento Rastafari - Drogadicción, Racismo y Anticatolicismo

La imagen de “puro amor” que la mayoría de los que son víctimas de la publicidad tienen respecto al Movimiento Rastafari puede ser removida fácilmente acudiendo a cualquier fuente, incluso a aquellas que promueven estas culturas, ya que cuando la verdad es muy evidente, la mentira poco puede hacer para acallarla; como dice el adagio, “no se puede tapar el sol con un dedo”. Basta con mirar Wikipedia (http://es.wikipedia.org/wiki/Movimiento_rastafari#Racismo) para asesorarnos. Es importante mentar que esta pseudo-enciclopedia apoya este movimiento y da un perfil muy positivo (siempre que se pueda) de sus personajes mas relevantes.

Los “Rastafari” creen que la raza negra es descendiente de los israelitas del Antiguo Testamento (El Pueblo Elegido). Así plantean una religiosidad basada en distintas doctrinas judeo-cristianas, budistas, hinduistas, entre otras.

En 1931 accede al trono de la actual Etiopía Haile Selassie, considerado hoy por los rastafaris una reencarnación de Cristo. Esta creencia fue propuesta por Marcus Garvey, quien hoy es considerado una versión moderna de San Juan Bautista. Hasta aquí todo parece una simple locura de un montón de drogadictos, pero resulta que este desquicio pone sus miras en objetivos mucho mas peligrosos. Garvey dijo:

“Creo en una raza negra pura igual como los propios blancos creen en una raza blanca pura.”


No se froten los ojos porque lo que acaban de leer es real; una de las culturas mas difundidas en el globo terráqueo tiene los mismos ideales que el nazismo, ni más ni menos. Por un lado tenemos la “superioridad racial” sobre la cual Adolf Hitler apoya su retórica, y por el otro el socialismo que pretende “librar” a una colectividad destruyendo a otra. Sintetizando, lo que para Hitler era la “raza aria”, para Garvey era la “raza negra” y lo eran para Hitler los judíos, son los blancos para Garvey.

Veamos lo que dice Wikipedia respecto al movimiento:

Para el rastafarismo (…) la raza blanca surgió de una antigua civilización malvada carente de una dimensión espiritual para la vida y que su propia existencia es innatural. Así, la visión escatológica del rastafarismo plantea a la raza negra como el gobierno legítimo a imponerse, una vez colapsado el gobierno blanco occidental.

Aquí es a donde quería llegar. Muchos hermanos miembros de la Iglesia acatan la religiosidad subvertida que proponen los Rastafari. Me inclino a pensar que es producto de la ignorancia ayudada por el mensaje de los medios que muestra a esta cultura como un sinónimo del amor. Este pequeño artículo va dedicado para ellos, ya que el católico que, a sabiendas de la aberración que significa dicha filosofía, aún así ve en ella una “opción de vida”, tendrá que rendir cuentas al Señor por trasgredir el Primer Mandamiento.

Creo que el problema religioso es evidente y no merece siquiera explicaciones, aunque es el principal. Lo secundario, aunque no menor, son los fines socio-políticos que propone esta doctrina. Como leímos de Wikipedia, el principal foco a atacar es el occidentalismo, eliminando hasta el último vestigio de “hombre blanco”, considerado “innatural”. Sería casi redundante decirlo, pero muy oportuno; EL PRINCIPAL FOCO A ATACAR DE ESTA CULTURA ES LA CIVILIZACION CRISTIANA.

Europa, como centro de la Evangelización, es la principal enemiga del rastafarismo. Tras ésta, viene toda América, heredera del antiguo continente, principalmente los países hispanos por su fuerte tradición católica. Es por eso que, aunque parezca un disparate, Marcus Garvey apoyaba al grupo racista Ku Klux Klan por su fuerte anticatolicismo y por considerar que su accionar iba a permitir el retorno de la población negra a África, considerada una especie de “tierra prometida”.

Con todo lo antedicho, vale reflexionar sobre la penetración que tuvo (y tiene) esta cultura en occidente. Hoy en día se la impulsa desde la música, como es el caso del “reggae”; sin embargo el “mensaje aculturizador” está presente en miles de artistas que no pertenecen al ambiente del reggae. Pudo verse también en movimientos políticos como los terroristas norteamericanos “Panteras Negras”. Mas grave aún es el caso de la legalización de la marihuana (clave en la cultura Rastafari) que muchos países están haciendo propia, tratando de minimizar la gravedad de nocividad de esta droga que es la puerta de entrada al mundo de uno de los flagelos mas execrables del mundo.

Muchos dirán que lo que planteo nada tiene que ver con “un plan sistemático para acabar con el mundo occidental” y estoy totalmente de acuerdo. Volvernos conspiracionistas es no asumir la responsabilidad. Es más que obvio que la infiltración de esta podredumbre cultural, que cada día aleja más al hombre de Dios y lo acerca a lo que el Papa Francisco llama “amor de telenovela” y al “Príncipe de este mundo”, es culpa nuestra. Somos nosotros los que renunciamos a nuestra Fe para adoptar creencias paganas o, en el mejor de los casos, tratamos de conciliar Verdad con mentira. Nosotros abandonamos nuestra cultura, concordante con nuestra Fe, para adoptar formas de vida que nos hacen daño, como es el uso de drogas, el “amor libre”, la pornografía, etc.

Hay una tendencia cultural a pensar que, como los negros fueron víctimas de la esclavitud durante mucho tiempo, debe tolerarse el racismo y la discriminación ejecutados por estas personas porque son producto de una “reacción” ante el avasallamiento sufrido otrora. Esto pasa también con los movimientos sionistas más radicales que justifican hasta la tortura en el Estado de Israel porque el puedo judío fue víctima del nazismo. También puede verse en los movimientos feministas que, con el pretexto de reivindicar supuestos “derechos” de las mujeres (víctimas de la cultura machista), impulsan proyectos de legalización del aborto. Muchos tratan de encuadrar estas reacciones dentro del concepto de Legítima Defensa. Obviamente es imposible hacerlo, ya que el “carácter actual de la acción”, que es un requisito indispensable para que se de la justificación de la conducta, no existe.

Son muchísimos los peligros a los que los católicos nos enfrentamos a diario; sea por vernos tentados a abrazar doctrinas ajenas e incompatibles con la Verdad, o por ser extirpados de la vida política, económica, social, etc. de nuestros países de tradición católica o; en el peor de los casos, ser perseguidos como ocurre en tantos lugares del mundo a causa de las doctrinas del odio a Dios, inspiradas por otras religiones o simplemente por filósofos, como Carl Marx que decía que “La religión es el opio de los pueblos”.

El motivo por el cual quise centrarme en el Movimiento Rastafari es porque, al menos en Hispanoamérica, tiene mucho “peso” y está abarcando cada vez más espacios en nuestra cultura. Muy común es oír canciones del género “reggae” donde se habla de Dios, fe, amor y demás conceptos que de lejos parecen totalmente conexos con nuestra Fe; incluso se habla de Cristo en muchas de ellas, pero recordemos que ellos creen que Cristo se reencarnó en Selassie y la “fe que libera” de la que tanto hablan, libera a la “raza superior negra” de lo que ellos considera la “opresión” de la Civilización Cristiana. Si el protestantismo, que con todos sus errores está considerado cristianismo; es una herejía, ¿Qué podría decirse de esta secta jamaiquina que promueve la drogadicción, el racismo y la cristianofobia?

Es menester hacerle frente enraizándonos en la recta doctrina y, así como ellos impulsan la perversión, debemos nosotros alumbrar cada rincón a nuestro alcance con la Luz del Evangelio.

Dice el Señor en Mateo 12:30:

“El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama.”

Dios los bendiga.
Gustavo Arias.